Traductor

25 October 2008

El 57% de los pacientes con leucemia mieloide crónica presenta intolerancia al tratamiento estándar

El 57,8% de los enfermos con leucemia mieloide crónica en fase crónica ha presentado en algún momento problemas de resistencia o intolerancia a la terapia estándar, según los datos españoles del estudio UNIC presentados hoy en el congreso anual de la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia que se celebra en Murcia.

Hasta ahora, los resultados de los ensayos clínicos realizados con el tratamiento estándar, imatinib mesilato, indicaban que alrededor de un tercio de los pacientes no respondían adecuadamente o eran intolerantes. Sin embargo, el estudio UNIC pone de manifiesto que la aparición de resistencias e intolerancias es mayor de lo que se pensaba. El doctor Juan Luis Steegmann, médico adjunto del Servicio de Hematología del Hospital de la Princesa de Madrid, considera que estas diferencias se deben a que estos datos proceden de ensayos clínicos muy controlados, “mientras que el estudio UNIC refleja cómo se trata la enfermedad en la práctica real, en la vida cotidiana”.

UNIC es un estudio europeo observacional –es decir, los investigadores no intervienen en el tratamiento de los pacientes, sino que simplemente recogen los datos de la historia clínica de cada participante– realizado entre septiembre de 2006 y marzo de 2007 con 1.492 pacientes diagnosticados con leucemia mieloide crónica (LMC) o leucemia linfoblástica aguda Ph+ (LLA Ph+). En España se obtuvieron resultados de 189 pacientes de 12 centros clínicos, de los cuales 180 tenían LMC en fase crónica, la primera fase de la enfermedad.

El objetivo principal del UNIC, patrocinado por Bristol-Myers Squibb, es determinar la proporción de pacientes con LMC que reciben el tratamiento estándar y cuántos de ellos desarrollan resistencia o intolerancia. Como objetivo secundario, este estudio analiza si los pacientes están siendo seguidos en la práctica clínica real tal y como indican las guías internacionales. En este sentido, los investigadores señalan en las conclusiones que los métodos de monitorización de la respuesta al tratamiento se utilizan menos en la práctica clínica real que lo que se establece en las guías internacionales.

De hecho, los datos del estudio indican que en España hay un 10% de pacientes a los que no se les ha realizado en los últimos doce meses una PCR (prueba molecular[1]) para detectar la presencia de células leucémicas en la médula ósea. Y entre los pacientes que sí fueron sometidos al test molecular, a un 70,6% se les hizo con una frecuencia inferior a cada tres meses, que es lo aconsejado por las recomendaciones europeas. Otro dato que muestra la falta de seguimiento de las recomendaciones internacionales por parte de los hematólogos españoles es que un 88,8% de pacientes con LMC en fase crónica no han sido sometidos a un test de mutaciones.

“Hay una cierta falta de ambición en esta enfermedad”, admite el doctor Steegmann, coordinador del estudio UNIC. En su opinión, los hematólogos españoles tienen que hacer evaluaciones más frecuentes de los pacientes y tratar de obtener la mejor respuesta al tratamiento en el menor tiempo posible. Para ello, recomienda hacer un test molecular y citogenético[2] cada tres meses durante el primer año de tratamiento y, a partir de entonces, “fiarnos mucho de la monitorización molecular, aunque sin olvidar los test citogenéticos, que se deben realizar, al menos, una vez al año”.

En su opinión, un mejor seguimiento de los pacientes con leucemia mieloide crónica tendría importantes consecuencias para los pacientes, ya que permitiría detectar antes la aparición de resistencias al tratamiento estándar y actuar precozmente contra ellas y, por lo tanto, obtener un mejor control de la enfermedad.

“Por primera vez tenemos medicamentos que consiguen lo que hace el trasplante de médula, es decir, erradicar molecularmente la enfermedad, pero con una mortalidad casi nula”, explica el coordinador del estudio UNIC. Por este motivo, apuesta por insistir a los hematólogos en la necesidad de utilizar los fármacos alternativos a la terapia estándar cuando ésta pierde eficacia: “No sólo el fallo del tratamiento, sino que también la respuesta subóptima son señales para cambiar a un inhibidor de tirosincinasa más potente. La presencia de un ARN anómalo en sangre no es un hecho analítico abstracto. Está reflejando que la célula stem leucémica está generando hijas leucémicas y que la bomba de relojería, que es la LMC, sigue con su maligno tic-tac. Los nuevos inhibidores tienen la potencialidad de interrumpir ese mecanismo”.

“Afortunadamente tenemos a disposición de los pacientes y de sus hematólogos dos nuevos fármacos inhibidores de la cinasa bcr-abl, el dasatinib, que es 300 veces más potente que imatinib, y el nilotinib, que es 20 veces más potente, y otro más, el bosutinib, que se encuentra en ensayos clínicos”, señala el doctor Steegmann. Estos inhibidores de segunda generación han dado un nuevo impulso al tratamiento de la leucemia mieloide crónica; que experimentó un gran avance con la aparición de imatinib a principios de esta década.

“Nuestro objetivo es que los pacientes tengan en el futuro una esperanza de vida mayor que la de hoy. Por eso es muy importante disponer de fármacos más potentes aún que la terapia estándar”, concluye el doctor Steegmann.

No comments:

Post a Comment

CONTACTO · Aviso Legal · Política de Privacidad · Política de Cookies

Copyright © Noticia de Salud