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25 February 2009

El confort y la ausencia de televisión mejoran la nutrición del anciano



La celebración en Bilbao de la conferencia "Nutrición en las personas mayores" ha puesto de relieve la necesidad de que las personas que se ocupan del colectivo conozcan "los condicionantes que adquieren estas personas durante el envejecimiento y las pautas para ayudarles a comer correctamente". Así, Arantza Pérez Rodrigo, médico geriatra de la residencia Igurco Unbe y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Médicos de Residencias, ofrece una serie de indicaciones para realizar esta actividad de una forma más ajustada a las características del mayor.
La conferencia, que se celebra en la capital vizcaína el 25 de febrero, a las 18:00 horas en la sede de la Cámara de Comercio de Bilbao (alameda de Rekalde, 50, 3.ª), se enmarca dentro del Programa de formación para familiares de personas mayores dependientes puesto en marcha por el grupo sociosanitario Igurco.
"Lo primero que se debe tener en cuenta es que la persona esté correctamente sentada y se encuentre a gusto", indica. "Para ello, conviene buscar una silla que se adecue a su altura y le permita estar correctamente respaldado. Para facilitar esto, se puede echar mano de ayudas técnicas tales como cojines, sujeciones o petos, que mantienen la columna derecha y la cabeza ligeramente inclinada".


Pérez Rodrigo hace hincapié en que los familiares deben intentar que la persona mayor "coma cuanto más por sí misma", ya que de esa forma sigue "desarrollando sus habilidades".
Otro aspecto sobre el que incide la geriatra es la costumbre de muchos cuidadores de dar de comer a los mayores estando de pie. "El cuidador debe estar a la misma altura que el paciente y es conveniente no darle la comida desde arriba, ya que en esta postura el riesgo de atragantamiento es mucho más alto". Además, señala que esta forma de dar de comer "de arriba a abajo" es algo que "se percibe negativamente por el paciente mayor, dado que se siente tratado como si fuera un niño pequeño, minusvalorándole".
Por otro lado, la geriatra del grupo Igurco también señala la necesidad de dar tiempo suficiente a los mayores para que coman a su ritmo. "Si una persona adulta almuerza normalmente en unos 20 ó 30 minutos, para la persona mayor ese tiempo se puede alargar hasta los 40 ó 50. Hay que darles el tiempo que precisan y no hacerles comer con prisa", indica. La existencia de unos horarios regulares en las comidas es otro aspecto que se debe tener en cuenta, según la experta.
Pérez Rodrigo aboga por presentar los diferentes platos que se van a tomar de forma paulatina, evitando así posibles distracciones y que el mayor "deje de tomar alimentos que son necesarios porque ha visto otros que le apetecen más". Igualmente, aconseja cuidar la presentación de las diferentes comidas, para hacerlas atractivas al comensal.


-Ver o no ver la televisión en las comidas
Poner la televisión a la hora de la comida es una costumbre firmemente arraigada en la sociedad actual. Sin embargo, si se va a alimentar a un paciente mayor puede ser un elemento que añada dificultad a esta labor. "La televisión distrae a los mayores, lo que hace que el proceso de la comida se alargue en demasía, y que se disipen y no se concentren en algo tan importante como es alimentarse".
Asimismo, la médico geriatra saca a colación otro efecto no deseado del hecho de poner la televisión en las comidas: "Es un elemento ajeno a la alimentación del mayor; cuando ésta aparece, el cuidador y la persona cuidada dejan de hablar entre sí para prestar atención a lo que dice la tele". La consecuencia de este proceso es que "se reduce la sociabilidad de las comidas", un elemento fundamental para los pacientes de edad. "Estos momentos son, en muchas ocasiones, una de las principales oportunidades que tiene el mayor para relacionarse con otras personas de su entorno, tales como familiares, cuidadores u otros residentes; Por ello; es fundamental mantenerlos y potenciarlos".


-Evitar peligros
Es importante que los diferentes elementos existentes en la mesa no supongan un riesgo para la integridad del mayor. Para ello, Pérez Rodrigo aconseja huir –especialmente en los casos de demencia- de vasos de cristal que puedan romperse o de cuchillos con un filo o tamaño excesivo. Recalca que "el espacio de la comida debe ser seguro. Hay que apartar todo lo que pueda suponer un riesgo y dejar sólo lo necesario para que coman". Dentro de este ámbito, la experta apunta a la existencia de menaje de cocina adaptado a las características especiales del paciente mayor como una alternativa a los utensilios convencionales.


-Condicionantes de una buena nutrición
Las personas encargadas de dar de comer a una persona mayor, -ya sean familiares o personal sociosanitario profesional- deben tener muy en cuenta la existencia de varios tipos de factores que condicionan la nutrición en el paciente mayor. Los primeros, corresponden a los condicionantes fisiológicos, "derivados de los propios cambios normales que experimentan en su cuerpo las personas durante el proceso de envejecimiento". Otro tipo lo conforman los condicionantes psicológicos, estrechamente relacionados con los hábitos alimenticios que ha llevado la persona mayor a lo largo de su vida.
Continuando con el repaso, los factores sociales se vinculan con el hecho de aprovechar las comidas "como un elemento socializador con el resto de personas del entorno". Por último, la geriatra del grupo Igurco alude a los condicionantes económicos, "que excluyen muchos alimentos importantes para la dieta de un paciente mayor de su cesta de la compra, simplemente porque no pueden permitirse comprarlos debido a su coste".

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