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16 June 2009

En España se implantan anualmente 20.000 marcapasos


En España se produce una parada cardíaca cada veinte minutos. El tiempo que transcurre entre la parada y el inicio de las maniobras de reanimación cardiopulmonar es fundamental, ya que cada minuto que pasa disminuyen un 10% las probabilidades de supervivencia. Esta grave afección esta producida, entre otras enfermedades cardiovasculares, por alteraciones del ritmo cardiaco.

Una de las alternativas de tratamiento para los pacientes que padecen determinados problemas de arritmias cardiacas, es la implantación de un marcapasos, cuya función es “asegurar que el corazón disponga permanentemente de los estímulos eléctricos necesarios para cumplir su función de bombeo”, afirma el Dr. José Martínez Ferrer, presidente de la Sección de Estimulación Cardíaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) que ha celebrado estos días la XXV Reunión de Primavera. En España, se implantan aproximadamente 20.000 marcapasos cada año, operación que se desarrolla en nuestro país desde 1959.

Entre las principales conclusiones a las que se ha llegado en este encuentro destaca el hecho de que se hace “imprescindible caminar hacia un trabajo integrado de equipos formados por los colectivos de enfermería y cardiología, especialmente en el seguimiento de los pacientes con estimulación cardiaca”, señala el Dr. Martínez Ferrer.

Asimismo, la creación de las consultas de teleseguimiento de los pacientes portadores de dispositivos implantables es ya una realidad en nuestro país. En los últimos dos años se ha multiplicado el número de centros hospitalarios que cuentan con este sistema y todo apunta a que su implantación general será en breve una realidad.

La telemedicina, concretamente con la monitorización remota, supone un avance clave en el seguimiento a distancia de los pacientes con marcapasos o desfibriladores implantables, que permiten la transmisión de datos de estos dispositivos desde el domicilio del paciente.

Esta nueva tecnología, que ha cambiado la forma de tratar a los pacientes implica una mayor seguridad para el propio paciente (puesto que los datos se pueden transmitir en tiempo real) y mayor comodidad (ya que se evita el desplazamiento del paciente hasta el hospital).

-Control del paciente
Actualmente, las Guías de Práctica Clínica planifican el seguimiento de los pacientes portadores de sistemas de estimulación cardiaca mediante consultas presenciales, quizás por no existir implantación suficiente de las de seguimiento remoto en el momento de redactarse. No obstante, se ha comenzado ha desarrollar un movimiento que promueve la utilización de los sistemas de seguimiento domiciliario a través de Internet.

Desde el grupo de trabajo de Monitorización Domiciliaria de la Sección de Estimulación Cardíaca de la SEC se ha planteado la elaboración de un Libro Blanco de Actuación en Monitorización Domiciliaria para avanzar hacia la redacción de un documento que actúe como “guía de actuación clínica que homogeinice en lo posible la utilización de esta nueva herramienta”, señala el presidente de la Sección.

En este sentido, determinados profesionales han propuesto la utilización de la monitorización domiciliaria en tres grados:

v Sustitución completa de las revisiones presenciales en aquellos pacientes que no padezcan otra patología cardiaca que la corregida por el marcapasos. El control de salud general quedaría a cargo del centro de salud.

v Distanciando las revisiones presenciales de las Unidades de Estimulación Cardíaca en aquellos pacientes con patología cardiaca estable.

v Seguimientos domiciliarios para reforzar los controles eléctricos y clínicos de pacientes cardiópatas con patologías críticas o inestables. En este caso, no disminuye la carga asistencial hospitalaria pero se incrementando la seguridad de estos pacientes.

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