Alrededor de un millón de personas en España siguen una terapia anticoagulante oral en la actualidad; de ellas, cerca de 700.000 reciben tratamiento crónico. Los ictus constituyen la principal consecuencia negativa del mal control de la anticoagulación.
Una de las enfermedades crónicas que suele requerir tratamiento anticoagulante es la fibrilación auricular, que es la arritmia cardiaca más común, sólo en nuestro país hay cerca de 900.000 pacientes. Además, la fibrilación auricular también es responsable del 3,6% de las urgencias generales en España.
La Asociación Madrileña de Pacientes Anticoagulados y Cardiovasculares (AMAC) ha organizado la 1ª Jornada de Formación a Pacientes Anticoagulados y Cardiovasculares en colaboración con el Ayuntamiento de Valdemorillo y Boehringer Ingelheim.
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