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21 December 2012

En Navidad se incrementan las compras compulsivas



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En unos días se iniciará uno de los periodos de mayor consumo del año, una época en la que se enmascarará un trastorno psiquiátrico, la compra compulsiva, que constituye un grave problema social, económico y personal a  las personas que lo padecen. Tal y como explica el doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría (ASEPP), “el consumismo de la sociedad moderna, que se agudiza aún más en momentos como la Navidad, y la insatisfacción que se percibe en general están favoreciendo que cada vez sean más frecuentes los casos de compradores compulsivos. No disponemos de datos concretos, pero quizás en estas semanas puede que haya entre un 10-15%  de la población con este trastorno de la impulsividad”.

Como aclara este experto, la compra compulsiva difiere completamente de las compras excesivas que se producen durante el periodo de rebajas. “Durante esos días o semanas, son muchas los ciudadanos que adquieren objetos que no han comprado en la temporada por su precio. Sin embargo, para un comprador compulsivo es diferente. Tienen una dependencia, una necesidad de comprar superior a su voluntad y son incapaces de controlarse, de igual forma que un alcohólico o un drogadicto. Quieren dejar de fumar, beber o comprar pero no pueden. El comprador compulsivo, además, no respeta períodos”.

Este tipo de conducta responde a una insatisfacción y desilusión en general y/o está asociada a un cuadro de ansiedad o problemas de adaptación. En el 80% de los casos son mujeres, muchas de ellas amas de casa de entre 40 y 60 años, que han perdido la motivación por los hijos que ya han abandonado el hogar y suelen padecer un  trastorno obsesivo.

Junto con este perfil, conviven otros no tan extendidos y conocidos: trabajadoras con alto nivel de estrés para las que comprar el fin de semana se convierte en su válvula de escape, y adolescentes, en torno a los 17 años, con un nivel socioeconómico medio-alto con dificultades de adaptación, que pueden haber sufrido trastornos de personalidad o algún episodio depresivo moderado o un trastorno de la alimentación. No obstante, como insiste el doctor López-Rodríguez, la condición social no es determinante. El hecho de tener un mayor poder adquisitivo no implica que en personas con menos posibilidades no se reproduzca este tipo de trastorno.

Para los compradores compulsivos no importa lo que se adquiera, lo fundamental es el deseo de satisfacer ese impulso de comprar. De hecho, desconocen muchas veces lo que van a comprar y, además, en la mayoría de los casos, los objetos no van dirigidos a uno mismo sino a personas de su entorno y si no acaban olvidados en el armario. Fundamentalmente, se suelen comprar vestidos, calzado, ornamentos y cosméticos. 

Ocultación
“Las compras van precedidas”, señala el vicepresidente de la ASEPP, “de un deseo irresistible, acompañado de una gran tensión interna que sólo se alivia con la compra”. Esta tensión se puede mantener durante unas horas, tras las cuales surge un pasajero sentimiento de bienestar, seguido de frustración y enfado debido a lo inútil de la compra y la insatisfacción personal por no haber sido capaz de contenerse. Estos episodios se pueden llegar a reproducir varios días a la semana “y la personas afectadas tienden a ocultarlo”, apunta.

Y en esta ocultación reside uno de los graves problemas de este trastorno de la impulsividad: la dificultad para detectarlo y poder tratarlo de forma adecuada. “Los compradores compulsivos no reconocen el problema y, por tanto, no solicitan ni buscan ayuda de forma voluntaria. En la consulta de Psiquiatría solemos ver los casos más graves a los que han obligado a ir su familia o pareja.  Son personas que han puesto en peligro la economía familiar, incluso hay compradores con enormes deudas contraídas. De hecho, a medida que progresa el trastorno se deteriora más la relación con su entorno familiar y laboral”. Se estima que el 60% de los casos puede hacerse crónico. Para el vicepresidente de la ASEPP, se debería acudir al médico en el momento en que no se puede controlar el impulso y es más fuerte que le voluntad.

“Muchos compradores impulsivos intentan resistirse al impulso sin lograrlo y recurren en ocasiones a la ayuda de personas de confianza para que les apoyen a superar los momentos de tensión”. Este apoyo de la familia y del entorno es fundamental, en opinión del doctor López-Rodríguez, quien insiste en la trascendencia del apoyo cognitivo y conductual. “Los mejores resultados se obtienen con la combinación de un tratamiento farmacológico que permita mejorar la sintomatología  junto con la psicoterapia cognitiva-conductual y el apoyo social”.

La Asociación Española de Psiquiatría Privada
La Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP) fue creada en 2008 con el objetivo de promover el conocimiento de las patologías y trastornos mentales y favorecer la formación de los especialistas. Además de los congresos anuales, la Asociación organiza otras actividades profesionales, como foros de discusión científica, y promueve la investigación en Psiquiatría en la consulta privada.

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